Sin lugar a duda son los peores días del tratamiento, la beta espera.
Después de 15 días de sufrimiento acabó mi agonía, beta negativa.
Aún sabiendo que sería muy difícil que funcionara a la primera, había puesto toda la esperanza y mi fe en éste intento.
Quizás ésta fue la razón de haberlo pasado tan mal, la fe.
Los primeros 3 días de la beta espera no tenía ningún síntoma, excepto dolor de regla pero bastante suave, también ayudó el valium que tomé éstos primeros 3 días.
A partir del cuarto día empezó mi verdadera agonía, insomnio, mal humor y sobre todo mucho dolor, si mis reglas son malas, éste dolor era mucho peor.
Creo que a partir de aquí es cuando sin conciencia aún ,yo ya sabía que mis embriones no habían evolucionado. Mi corazón me lo gritaba y allí estaba yo, sin querer escucharlo y manteniendo la llama de la esperanza viva.
En algunos momentos de lucidez y sentido común me buscaba algún síntoma, alguno de tantos que había leído en Internet durante mis investigaciones. Nada, no sentía nada más que los terribles dolores que me visitaron desde el primer día post transferencia para quedarse allí hasta el final.
El día 7 beta espera me hice un test de embarazo y como era lógico salió negativo, primero porque no estaba embarazada aparte de que era muy pronto. Tantas eran mis ilusiones que llegué a confundir el test,veía una sombra de positivo en la línea de evaporación. A partir del 7 día hasta la beta me hice 5 test, uno cada día por la mañana. Cada día perdía las esperanzas y esto me ayudó a plantar los pies sobre la tierra, aterrice de golpe y el dolor fue terrible. Lloré todo lo que pude con cada negativo pero yo voy sobre seguro, me gusta caminar sobre suelo firme y por más doloroso que fuera saberlo, prefería ir a la beta con la certeza del resultado. Quizás digan "vaya que te gusta torturarte", pues yo tenía muy clara una cosa, no quería salir llorando de la consulta, no quería escuchar murmullos en la sala de espera diciendo " pobre, que le habrá pasado, salió llorando". Me quise proteger del dolor, quise proteger mi integridad como mujer y al final sufrí, pero aún así lo prefiero. Tan sólo quería que pasara la beta y poder seguir hacia adelante, confiando en que la próxima vez será el intento de la suerte ¿ Será que ya me toca? Quien sabe, tan sólo el tiempo lo dirá. Por ahora a recuperar las fuerzas, las ganas y la ilusión de seguir en la lucha. Son tiempos de reconciliación, reconciliación con la pareja ya que se resiente bastante después de un negativo, con la familia ya que cualquier cosa que te digan sienta mal y con Dios porque nunca quiere escuchar mis ruegos.
Hasta enero no pueden ponerme mis congelados así que hay tiempo para recuperar fuerzas y reponerme de la decepción.
Hasta la próxima.
Aún sabiendo que sería muy difícil que funcionara a la primera, había puesto toda la esperanza y mi fe en éste intento.
Quizás ésta fue la razón de haberlo pasado tan mal, la fe.
Los primeros 3 días de la beta espera no tenía ningún síntoma, excepto dolor de regla pero bastante suave, también ayudó el valium que tomé éstos primeros 3 días.
A partir del cuarto día empezó mi verdadera agonía, insomnio, mal humor y sobre todo mucho dolor, si mis reglas son malas, éste dolor era mucho peor.
Creo que a partir de aquí es cuando sin conciencia aún ,yo ya sabía que mis embriones no habían evolucionado. Mi corazón me lo gritaba y allí estaba yo, sin querer escucharlo y manteniendo la llama de la esperanza viva.
En algunos momentos de lucidez y sentido común me buscaba algún síntoma, alguno de tantos que había leído en Internet durante mis investigaciones. Nada, no sentía nada más que los terribles dolores que me visitaron desde el primer día post transferencia para quedarse allí hasta el final.
El día 7 beta espera me hice un test de embarazo y como era lógico salió negativo, primero porque no estaba embarazada aparte de que era muy pronto. Tantas eran mis ilusiones que llegué a confundir el test,veía una sombra de positivo en la línea de evaporación. A partir del 7 día hasta la beta me hice 5 test, uno cada día por la mañana. Cada día perdía las esperanzas y esto me ayudó a plantar los pies sobre la tierra, aterrice de golpe y el dolor fue terrible. Lloré todo lo que pude con cada negativo pero yo voy sobre seguro, me gusta caminar sobre suelo firme y por más doloroso que fuera saberlo, prefería ir a la beta con la certeza del resultado. Quizás digan "vaya que te gusta torturarte", pues yo tenía muy clara una cosa, no quería salir llorando de la consulta, no quería escuchar murmullos en la sala de espera diciendo " pobre, que le habrá pasado, salió llorando". Me quise proteger del dolor, quise proteger mi integridad como mujer y al final sufrí, pero aún así lo prefiero. Tan sólo quería que pasara la beta y poder seguir hacia adelante, confiando en que la próxima vez será el intento de la suerte ¿ Será que ya me toca? Quien sabe, tan sólo el tiempo lo dirá. Por ahora a recuperar las fuerzas, las ganas y la ilusión de seguir en la lucha. Son tiempos de reconciliación, reconciliación con la pareja ya que se resiente bastante después de un negativo, con la familia ya que cualquier cosa que te digan sienta mal y con Dios porque nunca quiere escuchar mis ruegos.
Hasta enero no pueden ponerme mis congelados así que hay tiempo para recuperar fuerzas y reponerme de la decepción.
Hasta la próxima.